LOS 100 KM
DE GALICIA
Desde hace
varios años en el C.E.I. al menos una vez al año solemos hacer una salida
larga, en esta ocasión el amigo Juan Paredes propuso de ir a Galicia, la idea
no estaba mal, aunque un poco lejos, después de los comentarios de unos y
otros, decidimos ponerlo en marcha.
A principio
del mes de Abril, lo primero que hicimos fue apuntarnos ala caminada,
seguidamente buscamos vuelos baratos y hostal donde dormir, tenía que ser lo
más económico posible, ya que eran tres noches, más vuelos y coche de alquiler
en el lugar, y lo más importante queríamos celebrarlo con una buena mariscada.
Llego el día
de la salida, 23 de Junio, a las 4:30 h, ya estábamos todos en el coche del
amigo Paredes, que nos llevaría al aeropuerto, el avión tenía la salida a la
6:30 h, ya en el lugar buscamos donde dejar el coche aparcado, con la reserva
que habíamos hecho con anterioridad.
Llegamos a
Santiago a las 8:30 h, nos fuimos en busca del coche que teníamos reservado,
como a unos dos km de distancia, fuimos andando para estirar piernas, hacia una
temperatura fresquita y muy agradable, nada que ver con la que habíamos dejado
en Barcelona, al lado había un bar lo que aprovechamos para almorzar, primer
contacto con uno de los platos típicos, el pulpo, no teníamos ninguna prisa
teníamos todo el día
para nosotros, nos fuimos en busca del hostal en el pueblo
de NOIA, como a unos 50km del aeropuerto, aun no era la hora de entrar, así que
nos dimos unas vueltas por el pueblo y controlamos el lugar de donde tenía la salida
del evento por lo que estábamos allí.
Unas
cervecitas y a comer, después tocaba descansar aviamos madrugado mucho y nos
esperaba una jornada exigente, por la tarde un paseíto por las rías,
disfrutando de las buenas temperaturas y de los paisajes.
En ese
momento éramos cinco, Víctor, Manolo, Paco, Juan, y un servidor, faltaban dos
más, Paqui y Roque, estos vendrían en el vuelo de última hora, así que tuvimos
que ir a buscarlos. En el restaurante preguntamos si se podía cenar a partir de
las 23:30 h por el motivo mencionado, queríamos estar todos juntos ese era uno
de los retos del fin de semana.
Al día
siguiente era el importante, la salida estaba prevista a las 16h, antes
teníamos que recoger la documentación y comer, estábamos a cinco minutos del
hostal, decidimos hacerlo todo esto antes de cambiarnos.
Llega el
momento de la salida, con el buen ambiente y la buena organización, pero sin
dejar de pensar que nos esperaban 100km por delante, con las dudas de cada uno,
salimos despacio y por terreno llano lo que nos permitió tener los primeros
contactos con la gente que no conocíamos, compartes ilusiones y experiencias
vividas, todo es impactante incluso el paisaje,
los primeros 32 km fueron por
la costa, con un constante entrar y salir en las calas, las tres primeras horas
viendo la gente bañándose y tomar el sol, algunos incluso nos animaban, dejamos
la costa y nos metimos en el interior, no tuvimos mucho tiempo para disfrutar
del paisaje, se nos hizo de noche aunque una hora más tarde que en Barcelona, eran
casi las 23h cuando nos pusimos los frontales.
La noche
como es normal, es lo más duro y lo más aburrido, y si añadimos que algún
compañero empieza a tener problema ni te cuento, el amigo Manolo que
físicamente estaba bien, empezó a quejarse de la barriga, probablemente de
alguna bebida demasiado fría, o cualquier alimento, no paraba de quejarse lo
cual condiciona al grupo, así estuvo toda la noche y el resto de la mañana, no
fue el único que tuvo problemas, ya que la amiga Paqui también los tuvo, eran las
3 de la mañana, cuando de repente aflojamos el ritmo, la amiga Paqui
literalmente se iba durmiendo, el amigo Roque su marido, la tuvo que coger del
brazo para que no se cayera, ella quería abandonar estaba mal, en ese momento
se acerco el amigo Paco para darle ánimos, y no fue muy afortunado, le dijo si
abandonas tu yo también lo hago, la reacción de Paqui fue durísima, con algunas
palabras no muy afortunadas, en ese momento el ambiente estaba caldeado, Paco
sin más, se largo por delante, el resto sequiamos unidos que era uno de los
objetivos de la caminada, no duro mucho, íbamos muy lentos, los más flojos
también decidieron adelantarse, nos quedamos Roque Víctor y un servidor, aun
teníamos mucho margen para terminar dentro de los horarios permitidos, se izo
de día y los km no pasaban, llegamos a un avituallamiento como a unos 15 km de
la meta, un nuevo obstáculo, tuvimos que bajar por una escalera de unos 10 o 12
escalones, y volver a subirlos en dirección contraria, en situación muy
vertical, la verdad de después de tantos km no era lo más adecuado, en fin lo
pasamos todos menos Paqui, que decía tener vértigo.
En el lugar estaban esperando los compañeros
que se habían adelantado, la organización se prestó en ayudarla acompañándola
por otro camino que nos dijeron que nos encontraríamos a 500m, yo cogí bebida y
comida para ella, en esa situación perdimos mucho tiempo, los compañeros que
nos estaban esperando decidieron marchar, ahora si el tiempo se nos echaba
encima, todos teníamos la ilusión de terminarla, yo y Víctor después de andar
más de 2 km, con la comida en las manos en busca de Paqui, no conseguimos
encontrarla, decidimos dejar la comida en lo alto de un puente.
La organización se equivoco, tuvieron que ir a
buscarlos en coche, para poder ponerlos de nuevo en el camino, en fin después
de una noche dura, sicológicamente al menos para mí, conseguimos terminarla
todos dentro de los horarios permitidos.
Los más
flojos la terminaron en menos de 23 h, yo en 23:08 h, y Paqui y su marido en
23:30 más o menos, el tiempo permitido era 24 h.
Todos
estábamos en la línea de meta esperando a los últimos, Paqui lloraba como yo
nunca había visto a nadie, la emoción era grande, también apoyados por la
organización, nos hicimos las fotos de recuerdo, y a continuación allí mismo
nos esperaba la comida, no falta de nada, cerveza, vino blanco fresquito, pulpo
para hartarse, carne, empanada, había de todo y bueno, todo esto servido por
camareros, mejor que en algunos restaurantes.
Después de
todo esto, unos se fueron a la playa a dormirla, y otros decidimos de hacerlo
en la cama, a última hora de la tarde nos juntamos para dar una vuelta, y
despejarnos un poco, mas tarde a cenar, yo decidí no hacerlo, prefería
descansar, al día siguiente nos esperaba el siguiente reto, no menos
importante, la gran mariscada, ya la teníamos apalabrada, y a la hora
concertada, fue todo un éxito y un precio muy económico, y además nos
obsequiaron con una botella de orujo de café.
No tomamos
postre porque aun teníamos dos horas largas antes de salir para el aeropuerto,
así que nos fuimos a una heladería en una terraza, y nos comimos esto, para
ayudar hacer la digestión.
Un fin de
semana largo e intenso, muy bien aprovechado, en compañía de los amigos del
C.E.I.
Una más al bolsillo Vicente.....Felicidades,cómo siempre un placer leerte.
ResponderEliminarUn saludo.