Una aventura
más, en esta ocasión se trataba de hacer una cima importante en el pirineo
francés, con una altitud de 3204 m de altura.
El club llevaba
varios meses organizando la salida, sobre todo por el tema de reserva en los
refugios, en esta época hay mucha demanda, a principio de febrero ya hicieron
los primeros contactos, así y todo, ya llegaron tarde para guardar el que
querían, así que tuvieron que decidirse por otro que está más alejado, el tema
logístico y de material se decidió en las últimas semanas, había gente apuntada
que por un motivo u otro no pudieron venir, así y todo fuimos 32, nada fácil de
organizar, ya que había gente de puntos muy distantes, y queríamos desplazarnos
los menos coches posibles, pensando en los gastos.
De Santa
perpetua salimos 17, con el compromiso de algunos, para coger gente en el
camino, por lo que no salimos con los coches completos, después de hacer un par
de paraditas rápidas para coger el resto. Otros ya estaban allí desde el día anterior, por fin llegamos a Ainsa, aquí ya estábamos
todos, por lo que aprovechamos para almorzar, y sin prisa, aunque nos quedaban
muchos km por delante.
Pasadas las
14 h por fin llegamos al parking de Pont de Espagne, aquí se terminaba el
trayecto de coche, había mucha gente, y también el resto de los compañeros que
teníamos previsto hacer la subida. Nos cargamos nuestras mochilas y poco a poco
hacia arriba, teníamos como unas tres horas para llegar al refugio, donde dormiríamos,
la subida muy bonita aunque durilla,
teníamos unos 20 grados, y recién comidos,
la mochila pesaba lo suyo, suerte del buen ambiente y las ganas de pasar un fin
de semana en alta montaña, cuando llegamos ya teníamos nuestra zona reservada,
cada cual cogió la cama que le pareció mejor, el refugio estaba a petar. Casi
sin tener tiempo para disfrutar de los paisajes que teníamos delante,
nos
tuvimos que entrar a cenar, esta no estuvo mal, si pensamos que es un refugio
de montaña y que estaba a tope, eso sí lentos, la única prisa que teníamos era
para descasar, el viaje fue largo y lento, y nos esperaba un día duro.
A la mañana
siguiente, tal y como estaba previsto, iniciamos la ascensión. Heran las 6 en
punto, y aun de noche, y con los frontales puestos. El amigo Fermín como
profesional que es, se puso en cabeza marcando un ritmo lento, pero continuado,
con la intención de que todo el mudo estuviera ahí pegado,
el más tiempo
posible, conocedor de las fuerzas físicas de la mayoría que allí estábamos,
después de casi dos horas llegamos al collado todos juntos más o menos, desde
este punto se inicia la subida al pequeño Vignemale,
nos lo dijo el guía, en
ese momento me vino a la memoria que yo había estado ahí, pero subiendo desde
Gavarnie, hace más de 15 años, hasta ese momento no conocía nada, y es que la
subida la hicimos justo por donde teníamos que bajar, para dar la vuelta a la
montaña, y meternos de lleno en el glaciar, en este punto ya no estábamos todos
tan juntos, nos pusimos los crampones cada uno como pudo, o sabia, e incluso
pidiendo ayuda a los demás,
aquí empezó la primera dificultad seria de la
ascensión, después de mucho tiempo esperando a unos y a otros, encima se puso a
llover, por lo que algunos decidimos empezar a subir, la nieve estaba en muy
buenas condiciones, no tenias que hacer mucha fuera para clavar los crampones,
a excepción de un par de zonas que era puro hielo, llegamos al final del
glaciar,
allí nos los tuvimos que quitar, y esperar a que la mayoría llegara,
el reto era llegar a la cima los máximos posibles, todos no fue posible, ya que
algunos por diferentes motivos habían decidido darse la vuelta, en este punto
dejamos las mochilas, y también los bastones que la mayoría llevábamos, nos
pusimos toda la ropa de abrigo que teníamos, guantes anorak y etcétera, también
el casco que casi todos llevábamos,
la cima no estaba muy lejos, pero si era
complicado y peligroso, de nuevo el amigo Fermín, después de dar varios
consejos se puso en cabeza, los primeros metros eran complicados de subir,
y
mucho más de bajar, en este punto un par de personas decidieron no seguir con
la subida, los más expertos les ayudaron a retroceder, con la ayuda de unas
cuerdas, minutos más tarde siguiendo las instrucciones del guía conseguimos
hacer cima, una vez arriba todo eran felicitaciones, y alegrías,
incluso
algunos de los presentes era su primer 3000 , y lo celebraron con una botella
de cava.
Desde este punto las vistas eran impresionantes, yo llevo varios
conseguidos, y ninguno me ha impactado tanto como este.
Ahora tocaba
bajar, tarea nada fácil, sobre todo hasta conseguir el glaciar, por fin se
consiguió con éxito, una vez en el lugar algunos de los más fuertes, decidieron des placerse
un poco, para hacer una cima más.
El objetivo
del grupo estaba conseguido, Marcos y un servidor decidimos acelerar la bajada, ya que Emilia que había
venido con mi coche, era una de las que decidió no subir, y nos esperaba en la
base, sabíamos que el descenso del grupo seria lento, ya lo habíamos comentado
a la ida, de ahí la decisión de abandonar el grupo, ella tenía que madrugar al
día siguiente para ir a trabajar, después de pasar el túnel de Bielsa, nos
paramos para cenar, y descansar un poco, nos quedaban muchos km que hacer, nosotros
llegamos a casa a la 1:30 de la madrugada, algunos a las 4h de la mañana aun no
lo habían conseguido.
Al final
conseguimos el objetivo, cansados, sobre todo por los muchos km de coche, más
que por la ascensión en sí.
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Preciosos y maravillosos paisajes VICENTE!!!!
ResponderEliminarUn saludo.