jueves, 3 de agosto de 2017

VIGNEMALE



Una aventura más, en esta ocasión se trataba de hacer una cima importante en el pirineo francés, con una altitud de 3204 m de altura.

El club llevaba varios meses organizando la salida, sobre todo por el tema de reserva en los refugios, en esta época hay mucha demanda, a principio de febrero ya hicieron los primeros contactos, así y todo, ya llegaron tarde para guardar el que querían, así que tuvieron que decidirse por otro que está más alejado, el tema logístico y de material se decidió en las últimas semanas, había gente apuntada que por un motivo u otro no pudieron venir, así y todo fuimos 32, nada fácil de organizar, ya que había gente de puntos muy distantes, y queríamos desplazarnos los menos coches posibles, pensando en los gastos.

De Santa perpetua salimos 17, con el compromiso de algunos, para coger gente en el camino, por lo que no salimos con los coches completos, después de hacer un par de paraditas rápidas para coger el resto. Otros ya estaban  allí desde el día anterior,  por fin llegamos a Ainsa, aquí ya estábamos todos, por lo que aprovechamos para almorzar, y sin prisa, aunque nos quedaban muchos km por delante.


Pasadas las 14 h por fin llegamos al parking de Pont de Espagne, aquí se terminaba el trayecto de coche, había mucha gente, y también el resto de los compañeros que teníamos previsto hacer la subida. Nos cargamos nuestras mochilas y poco a poco hacia arriba, teníamos como unas tres horas para llegar al refugio, donde dormiríamos, la subida muy bonita aunque durilla,

 
 teníamos unos 20 grados, y recién comidos, la mochila pesaba lo suyo, suerte del buen ambiente y las ganas de pasar un fin de semana en alta montaña, cuando llegamos ya teníamos nuestra zona reservada, cada cual cogió la cama que le pareció mejor, el refugio estaba a petar. Casi sin tener tiempo para disfrutar de los paisajes que teníamos delante,

 
nos tuvimos que entrar a cenar, esta no estuvo mal, si pensamos que es un refugio de montaña y que estaba a tope, eso sí lentos, la única prisa que teníamos era para descasar, el viaje fue largo y lento, y nos esperaba un día duro.

A la mañana siguiente, tal y como estaba previsto, iniciamos la ascensión. Heran las 6 en punto, y aun de noche, y con los frontales puestos. El amigo Fermín como profesional que es, se puso en cabeza marcando un ritmo lento, pero continuado, con la intención de que todo el mudo estuviera ahí pegado,
 
el más tiempo posible, conocedor de las fuerzas físicas de la mayoría que allí estábamos, después de casi dos horas llegamos al collado todos juntos más o menos, desde este punto se inicia la subida al pequeño Vignemale,

 
 nos lo dijo el guía, en ese momento me vino a la memoria que yo había estado ahí, pero subiendo desde Gavarnie, hace más de 15 años, hasta ese momento no conocía nada, y es que la subida la hicimos justo por donde teníamos que bajar, para dar la vuelta a la montaña, y meternos de lleno en el glaciar, en este punto ya no estábamos todos tan juntos, nos pusimos los crampones cada uno como pudo, o sabia, e incluso pidiendo ayuda a los demás,
 
 aquí empezó la primera dificultad seria de la ascensión, después de mucho tiempo esperando a unos y a otros, encima se puso a llover, por lo que algunos decidimos empezar a subir, la nieve estaba en muy buenas condiciones, no tenias que hacer mucha fuera para clavar los crampones, a excepción de un par de zonas que era puro hielo, llegamos al final del glaciar,

 
 allí nos los tuvimos que quitar, y esperar a que la mayoría llegara, el reto era llegar a la cima los máximos posibles, todos no fue posible, ya que algunos por diferentes motivos habían decidido darse la vuelta, en este punto dejamos las mochilas, y también los bastones que la mayoría llevábamos, nos pusimos toda la ropa de abrigo que teníamos, guantes anorak y etcétera, también el casco que casi todos llevábamos,
 
 la cima no estaba muy lejos, pero si era complicado y peligroso, de nuevo el amigo Fermín, después de dar varios consejos se puso en cabeza, los primeros metros eran complicados de subir,
 
 y mucho más de bajar, en este punto un par de personas decidieron no seguir con la subida, los más expertos les ayudaron a retroceder, con la ayuda de unas cuerdas, minutos más tarde siguiendo las instrucciones del guía conseguimos hacer cima, una vez arriba todo eran felicitaciones, y alegrías,
 
 incluso algunos de los presentes era su primer 3000 , y lo celebraron con una botella de cava.

 
 Desde este punto las vistas eran impresionantes, yo llevo varios conseguidos, y ninguno me ha impactado tanto como este.

Ahora tocaba bajar, tarea nada fácil, sobre todo hasta conseguir el glaciar, por fin se consiguió con éxito, una vez en el lugar algunos  de los más fuertes, decidieron des placerse un poco, para hacer una cima más.

El objetivo del grupo estaba conseguido, Marcos y un servidor decidimos  acelerar la bajada, ya que Emilia que había venido con mi coche, era una de las que decidió no subir, y nos esperaba en la base, sabíamos que el descenso del grupo seria lento, ya lo habíamos comentado a la ida, de ahí la decisión de abandonar el grupo, ella tenía que madrugar al día siguiente para ir a trabajar, después de pasar el túnel de Bielsa, nos paramos para cenar, y descansar un poco, nos quedaban muchos km que hacer, nosotros llegamos a casa a la 1:30 de la madrugada, algunos a las 4h de la mañana aun no lo habían conseguido.

Al final conseguimos el objetivo, cansados, sobre todo por los muchos km de coche, más que por la ascensión en sí.

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martes, 4 de julio de 2017

LOS 100 KM DE GALICIA 2017 (NOIA)


LOS 100 KM DE GALICIA

Desde hace varios años en el C.E.I. al menos una vez al año solemos hacer una salida larga, en esta ocasión el amigo Juan Paredes propuso de ir a Galicia, la idea no estaba mal, aunque un poco lejos, después de los comentarios de unos y otros, decidimos ponerlo en marcha.

A principio del mes de Abril, lo primero que hicimos fue apuntarnos ala caminada, seguidamente buscamos vuelos baratos y hostal donde dormir, tenía que ser lo más económico posible, ya que eran tres noches, más vuelos y coche de alquiler en el lugar, y lo más importante queríamos celebrarlo con una buena mariscada.

Llego el día de la salida, 23 de Junio, a las 4:30 h, ya estábamos todos en el coche del amigo Paredes, que nos llevaría al aeropuerto, el avión tenía la salida a la 6:30 h, ya en el lugar buscamos donde dejar el coche aparcado, con la reserva que habíamos hecho con anterioridad.

Llegamos a Santiago a las 8:30 h, nos fuimos en busca del coche que teníamos reservado, como a unos dos km de distancia, fuimos andando para estirar piernas, hacia una temperatura fresquita y muy agradable, nada que ver con la que habíamos dejado en Barcelona, al lado había un bar lo que aprovechamos para almorzar, primer contacto con uno de los platos típicos, el pulpo, no teníamos ninguna prisa teníamos todo el día
para nosotros, nos fuimos en busca del hostal en el pueblo de NOIA, como a unos 50km del aeropuerto, aun no era la hora de entrar, así que nos dimos unas vueltas por el pueblo y controlamos el lugar de donde tenía la salida del evento por lo que estábamos allí.



Unas cervecitas y a comer, después tocaba descansar aviamos madrugado mucho y nos esperaba una jornada exigente, por la tarde un paseíto por las rías, disfrutando de las buenas temperaturas y de los paisajes.

En ese momento éramos cinco, Víctor, Manolo, Paco, Juan, y un servidor, faltaban dos más, Paqui y Roque, estos vendrían en el vuelo de última hora, así que tuvimos que ir a buscarlos. En el restaurante preguntamos si se podía cenar a partir de las 23:30 h por el motivo mencionado, queríamos estar todos juntos ese era uno de los retos del fin de semana.


Al día siguiente era el importante, la salida estaba prevista a las 16h, antes teníamos que recoger la documentación y comer, estábamos a cinco minutos del hostal, decidimos hacerlo todo esto antes de cambiarnos.


Llega el momento de la salida, con el buen ambiente y la buena organización, pero sin dejar de pensar que nos esperaban 100km por delante, con las dudas de cada uno, salimos despacio y por terreno llano lo que nos permitió tener los primeros contactos con la gente que no conocíamos, compartes ilusiones y experiencias vividas, todo es impactante incluso el paisaje,

 los primeros 32 km fueron por la costa, con un constante entrar y salir en las calas, las tres primeras horas viendo la gente bañándose y tomar el sol, algunos incluso nos animaban, dejamos la costa y nos metimos en el interior, no tuvimos mucho tiempo para disfrutar del paisaje, se nos hizo de noche aunque una hora más tarde que en Barcelona, eran casi las 23h cuando nos pusimos los frontales.

La noche como es normal, es lo más duro y lo más aburrido, y si añadimos que algún compañero empieza a tener problema ni te cuento, el amigo Manolo que físicamente estaba bien, empezó a quejarse de la barriga, probablemente de alguna bebida demasiado fría, o cualquier alimento, no paraba de quejarse lo cual condiciona al grupo, así estuvo toda la noche y el resto de la mañana, no fue el único que tuvo problemas, ya que la amiga Paqui también los tuvo, eran las 3 de la mañana, cuando de repente aflojamos el ritmo, la amiga Paqui literalmente se iba durmiendo, el amigo Roque su marido, la tuvo que coger del brazo para que no se cayera, ella quería abandonar estaba mal, en ese momento se acerco el amigo Paco para darle ánimos, y no fue muy afortunado, le dijo si abandonas tu yo también lo hago, la reacción de Paqui fue durísima, con algunas palabras no muy afortunadas, en ese momento el ambiente estaba caldeado, Paco sin más, se largo por delante, el resto sequiamos unidos que era uno de los objetivos de la caminada, no duro mucho, íbamos muy lentos, los más flojos también decidieron adelantarse, nos quedamos Roque Víctor y un servidor, aun teníamos mucho margen para terminar dentro de los horarios permitidos, se izo de día y los km no pasaban, llegamos a un avituallamiento como a unos 15 km de la meta, un nuevo obstáculo, tuvimos que bajar por una escalera de unos 10 o 12 escalones, y volver a subirlos en dirección contraria, en situación muy vertical, la verdad de después de tantos km no era lo más adecuado, en fin lo pasamos todos menos Paqui, que decía tener vértigo.

 En el lugar estaban esperando los compañeros que se habían adelantado, la organización se prestó en ayudarla acompañándola por otro camino que nos dijeron que nos encontraríamos a 500m, yo cogí bebida y comida para ella, en esa situación perdimos mucho tiempo, los compañeros que nos estaban esperando decidieron marchar, ahora si el tiempo se nos echaba encima, todos teníamos la ilusión de terminarla, yo y Víctor después de andar más de 2 km, con la comida en las manos en busca de Paqui, no conseguimos encontrarla, decidimos dejar la comida en lo alto de un puente.

 La organización se equivoco, tuvieron que ir a buscarlos en coche, para poder ponerlos de nuevo en el camino, en fin después de una noche dura, sicológicamente al menos para mí, conseguimos terminarla todos dentro de los horarios permitidos.

Los más flojos la terminaron en menos de 23 h, yo en 23:08 h, y Paqui y su marido en 23:30 más o menos, el tiempo permitido era 24 h.


Todos estábamos en la línea de meta esperando a los últimos, Paqui lloraba como yo nunca había visto a nadie, la emoción era grande, también apoyados por la organización, nos hicimos las fotos de recuerdo, y a continuación allí mismo nos esperaba la comida, no falta de nada, cerveza, vino blanco fresquito, pulpo para hartarse, carne, empanada, había de todo y bueno, todo esto servido por camareros, mejor que en algunos restaurantes.

Después de todo esto, unos se fueron a la playa a dormirla, y otros decidimos de hacerlo en la cama, a última hora de la tarde nos juntamos para dar una vuelta, y despejarnos un poco, mas tarde a cenar, yo decidí no hacerlo, prefería descansar, al día siguiente nos esperaba el siguiente reto, no menos importante, la gran mariscada, ya la teníamos apalabrada, y a la hora concertada, fue todo un éxito y un precio muy económico, y además nos obsequiaron con una botella de orujo de café.



No tomamos postre porque aun teníamos dos horas largas antes de salir para el aeropuerto, así que nos fuimos a una heladería en una terraza, y nos comimos esto, para ayudar hacer la digestión.



Un fin de semana largo e intenso, muy bien aprovechado, en compañía de los amigos del C.E.I.

 

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